ENCABEZADO Y
PIE DE PÁGINA:
Cómo
poner a un documento un encabezado y un pie de página:
Los encabezados y pies de
página son textos o imágenes que se introducen una vez y se repiten en todas las páginas
de un documento. Para insertar el encabezado y el pie de página en un documento,
sigue los pasos siguientes:
1.- Ve a Ver Insertar y selecciona Encabezado.
2.-
El cursor se sitúa al principio del documento, encuadrado por una línea
intermitente. Establece el formato del texto del encabezado (texto centrado, en
cursiva; letra Times New Roman de 14 ptos.) digitar el texto correspondiente.
Haz
clic en el botón Encabezado para llevar el cursor hasta el pie de página.
Escribe el texto del pie con el formato correspondiente.
4. Finalmente, pulsa el botón Cerrar
de la barra Encabezado
y pie de página. El encabezado y el pie de página han de aparecer
(de color gris atenuado) al principio y al final de cada página del documento.
Crear
un encabezado o pie de página diferente para la primera página
Puede eliminar el encabezado o pie de página de la
primera página o crear un encabezado o pie de página exclusivo para la primera
página de un documento.
1.
En la ficha Diseño,
haga clic en Encabezado y pie de página.
2.
Active la casilla de
verificación Primera página diferente y haga clic en Aceptar.
- Si es
necesario, haga clic en Mostrar el anterior o Mostrar el siguiente en la barra de herramientas Encabezado y pie de página para ir al
área Encabezado en primera página o Pie de página en primera página.
- Cree el
encabezado o pie de página para la primera página del documento.
Si no desea que la primera página incluya un
encabezado o pie de página, deje en blanco las áreas correspondientes de
encabezado y pie de página.
- Para
desplazarse al encabezado o al pie de página del resto del documento o de
la sección, haga clic en el comando Mostrar el siguiente de la barra de herramientas Encabezado y pie de página. A continuación, cree el encabezado o
pie de página que desee.
Cómo numerar las páginas:
Otra forma de paginar un documento es
la siguiente:
1.
Ve a Insertar y selecciona Números de página.
2.
En el cuadro de diálogo que
aparece puedes configurar el lugar, alineación y formato de los números de las
páginas. En nuestro caso, elegiremos las opciones predefinidas (números en la
parte inferior de la página, a la derecha). Haz clic en Aceptar y las páginas se numerarán
(los números aparecen también en gris atenuado).
Esta opción solo me permite insertar
el número de página y su formato, pero nada más.
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Ejercicio 2: realizar la práctica de encabezado con las
siguientes instrucciones
1. Seleccionar
todo el texto titulado las materias primas que se encuentra en la hoja 3 de este
documento. Cópialo en un que aparece al final y pégalo en documento nuevo.
2. Aplica el
siguiente formato: Justificado, espaciado entre párrafos de 0 Ptos.
Interlineado 1.5
3. Aplicar color
a todos los títulos y subtítulos
4. Crea un
encabezado con el título de Empresa
TRAVIS LTDA. Venta de materias primas.
5. Inserta en el Pie
de página la imagen siguiente:
·
Dirección,
teléfono fax, celular, correo electrónico
· El pie de
página debe estar centrado
· Agregar en el
pie de página números de página
6.
Guarda
el documento con el nombre de Ejercicio
Encabezado y pie – y su nombre
Las materias
primas
Materia prima:
Son materiales extraídos de la naturaleza que nos sirven para construir
los bienes de consumo. Se clasifican según su origen: vegetal, animal, y
mineral. Ejemplos de materias primas son la madera, el hierro, el granito, etc.
Materia secundaria:
Son los materiales relacionados con los sectores manufactura y
construcción.
Materia terciaria:
Materia terciaria:
Son aquellos materiales que componen diferentes servicios, como salud,
educación, turismo y comercio.
Ejemplo de Materia secundaria:
Las
chatarras, tanto férreas como no férreas, son de importancia prioritaria para
la industria metalúrgica recicladora de metales. Las primeras son la materia
prima para la obtención del acero eléctrico y las segundas para toda la
metalurgia secundaria, principalmente para las de aluminio, cobre, plomo y
cinc. Por lo tanto, resulta plenamente justificada la preocupación de dichas
industrias por el tratamiento legal que, la normativa en vigor, da actualmente
a las chatarras en cuestión.
Las chatarras metálicas, dicho de
forma muy resumida, son los residuos generados durante la producción,
transformación, elaboración, fabricación y uso de los metales que forman parte
de los diversos bienes y equipos cuya valorización supone, en líneas generales,
una actividad claramente escalonado en dos fases: la recuperación y el
reciclado
La recuperación, referida a las
chatarras metálicas, puede entenderse como algo más que la recogida, tal y como
define a ésta última el Art. 3,ll de la Ley Básica 10/98, ya que supone el
procesamiento, es decir, la alteración por medios manuales o mecánicos
(trituración, cizallado, fragmentación, clasificación, aglomerado, etc..), bien
sea para separar las distintas clases de materiales y aumentar su valor
económico, bien sea para facilitar su manipulación y transporte.
Las chatarras así procesadas se
destinan directamente a su reciclado por parte de la siderurgia o de la
metalurgia no férrea, para lograr aquello que es la finalidad de estas
industrias: la producción de metales. Para estas industrias son las chatarras
“productos” que, en realidad, constituyen las auténticas materias primas secundarias
de ambas actividades industriales, en la misma línea que los minerales y sus
concentrados lo son para la siderurgia integral y para la metalurgia primaria.
Estas materias primas secundarias
(residuos para el legislador) se caracterizan por:
A) Su valor económico intrínseco, en
función del metal contenido.
B) Su compra-venta en mercados bien
establecidos, con agentes claramente identificados y precios de referencia
conocidos (LME, por ejemplo).
C) Su forma física, por lo común, no
es causa de un impacto ambiental significativo.
D) Sus normas y especificaciones,
que establecen sus características y calidades son de general conocimiento y
aceptación
E) Su comercio y tráfico
internacional es de volumen comparable a algunas de las principales materias
primas.
Por todo ello, el proceso de
valorización (recuperación y reciclado) de las chatarras metálicas, ya sea
desde el punto de vista económico y técnico o desde el medioambiental, tiene
poco o nada en común con el de la gestión de otro tipo de residuos cuyo destino
es la eliminación. La realidad es que las chatarras metálicas, por las razones
antes apuntadas son, a la hora presente, auténticas “commodities”, con todas
las connotaciones que este término implica.
Por otra parte, la valorización de
las chatarras metálicas, siendo tradicionalmente una actividad industrial rentable
y competitiva, contribuye de forma importante al desarrollo sostenible, en
tanto y cuanto ahorra recursos naturales limitados y no renovables (materias
primas minerales y energía), todo ello con indudable efecto positivo sobre el
medio ambiente.
Mercados de productos reciclados
La política comunitaria sobre
residuos pone especial énfasis en la necesidad de crear mercados para los
productos reciclados, así como en alcanzar determinados estándares de calidad
para éstos. En este sentido hay que decir que los metales procedentes de la
valorización de las materias primas secundarias a que se esta haciendo
referencia, cuentan con un mercado bien consolidado, que supone, actualmente y
en números redondos, la tercera parte del consumo mundial de metales férreo y
no férreos, cuando hace sólo 15 años se estimaba la participación de los
metales reciclados en el consumo total en, aproximadamente, un 25 %. Por lo que
a España se refiere, en números redondos y refiriéndose a los años más
recientes, el acero eléctrico supera las tres cuartas partes de la producción
total, mientras que la producción de aluminio, cobre, cinc y plomo reciclados
cubren, respectivamente, el 40%, 40%, 10% y 55% del consumo.
Por lo que a la calidad se refiere,
los metales no férreos reciclados son homologables, a todos los efectos, con
los producidos tanto por la siderurgia integral como por la metalurgia
primaria, ambas basadas en el beneficio de minerales, y así se refleja en las
cotizaciones del LME que, salvo en el caso del aluminio (por razones técnicas y
comerciales), no distinguen entre metal primario y metal reciclado. En cuanto
al acero, el mercado se abastece indistintamente del acero procedente de la
siderurgia integral o eléctrica (reciclado)
En
resumidas cuentas, parece haber razones más que suficientes para reconocer un
carácter especial a la gestión de las chatarras metálicas, de forma que éstas
fueran consideradas no simplemente como unos residuos de los que su poseedor
“ha de desprenderse”, sino como unas materias primas secundarias asimilables
en, prácticamente todo, a las primarias formadas por minerales y sus
concentrados.
De acuerdo con ello, la industria
metalúrgica cree necesario y conveniente una mejor definición y aclaración del
término residuo aplicado a las chatarras metálicas, con vistas a:
a) Establecer la necesaria y
conveniente unidad y homogeneidad de criterios en relación con las chatarras
metálicas por parte de todos los Estados miembro de la UE que, de esta forma,
dispondrían de unas reglas de juego iguales para toda la industria comunitaria
afectada.
b) Evitar incertidumbres,
indefiniciones y cargas innecesarias para la industria que, evidentemente,
afectan a su eficacia y competitividad.
c) Garantizar la transparencia y
eficacia del mercado único.
d) Facilitar el control de las
actividades relacionadas con la valorización de residuos y chatarras metálicas.
e) Disponer de una mayor seguridad
legal para productores y gestores.
f) Mejorar la imagen del sector y la
de sus productos.
Algunos tímidos pasos se están dando
en este sentido (USEPA, Reino Unido, Comunidad Valenciana) , pasos que debieran
generalizarse y concretarse hasta conseguir la mayor flexibilidad para una
actividad que supone una forma inteligente y económica de hacer ecología .
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